viernes, 15 de febrero de 2013

Ensayos en la Fosfatasa Ácida Prostática (PA):


En 1935, Kutscher y Wohlbergs informaron que la eyaculación masculina contenía una enzima que hidrolizaba varios ésteres fosfato a un pH ácido óptimo. Los primeros estudios de Kutscher en 1935 de fosfatasas en orina habían impulsado la investigación. Su origen fue establecido como perteneciente a la glándula prostática y la enzima se llamó “fosfatasa prostática”. El origen prostático de la enzima se confirmó por Gomori en 1941.


Hansen en 1946 manifestó que el test era útil para la identificación de manchas de semen, pero no obstante recomendó que fuera usado en conjunto con la búsqueda  de células  espermaticas. Ove Riisfeldt en 1946 encontró valores muy bajos de PA en sujetos prostatomizados.

Sivaram y Bami, en el año 1971 lograron diferenciar la fosfatasa ácida prostática de las demás fosfatasas, ellos habían estudiado los experimentos de Fishman y Lerner de 1953, donde demostraron que la PA prostática es inhibida por el ácido L (+) tartárico, el método Sivaram se basa en dos hechos; 1) la alta actividad de fosfatasa en el semen humano independiente de los espermatozoides y 2) que la fosfatasa ácida prostática es inhibida por el ácido L (+) tartárico.

La Fosfatasa Ácida Prostática (AP) en la detección de manchas de semen:



El ensayo de la AP detecta la presencia de una enzima que se encuentra en niveles especialmente elevados en el semen humano, la fosfatasa ácida. 


El principal obstáculo de este ensayo, es que el fluido vaginal puede tener algún tipo de actividad de la AP y, aunque suelen dar valores diferentes en el ensayo, en ocasiones puede ser confundido con lo que podría esperarse en semen diluido, también puede detectarse esta actividad enzimática elevada en sangre de pacientes masculinos con cáncer de prostata. Por lo que muchos laboratorios están adicionando un inhibidor especifico de la enzima AP prostatica, el buffer tartrato o ácido tartárico.



La prueba de la AP practicada por la mayoría de los laboratorios forenses, prácticamente se realiza como fue descrito por primera vez hace 50 años por Stuart Kind, aunque existe una serie de variaciones sobre el tema. Este ensayo implica el uso de un papel de filtro humedecido con una solución buffer sobre la muestra de presunta naturaleza seminal, la presión aplicada da lugar a la transferencia de agua hacia la mancha de la muestra de semen hacia el papel (si éste está presente), luego se emplea el reactivo para la detección de la AP. 



Según la bibliografia, si el reactivo no cambia de color después de 2 minutos, la prueba debe ser considerada negativa, sin embargo, cuanto más tiempo se deje reaccionar la AP, mayor será la sensibilidad de la prueba. 



Otra variable a considerar en los experimentos es la cantidad de agua utilizada para macerar la muestra y los elementos que deben ser humedecidos: ¿el papel, la muestra, o las dos cosas?, generalmente, la reacción parece ser más rápida cuando la muestra esta mojada, pero se ha detectado semen en telas húmedas y secas. No hay conclusiones definitivas sobre si el tipo de tejido puede afectar los resultados. 



En otra serie de análisis, se sembró sobre ropa intima de dama una serie de diluciones de semen fresco y se colocaron en bolsas de papel en un armario por una semana. Estas fueron analizadas mediante el método "blot" para la AP (un método por aspersión con un aerosol) con aplicación directa del reactivo.



Algunas pruebas también se han llevado a cabo para tratar de establecer si el ensayo de la AP tiene algún efecto adverso sobre la probabilidad de obtener perfiles de ADN. Al parecer, el método no afecta la absorción de hematoxilina y eosina (usada en la tinción de células espermáticas), ni la capacidad de recuperar perfiles STRs del ADN. También hay una serie de proyectos en curso para conocer si la edad de la mujer puede ser un factor determinante en los resultados en la prueba de la AP. Las pruebas se están llevando a cabo en fluido vaginal mezclado con semen y colocado en ropa intima femenina usada por un día. Un grupo de mujeres de diferentes edades y diferentes momentos de su ciclo menstrual han proporcionado las muestras, y todavía hay una gran cantidad de investigación por hacer.

Por último, se debe tomar en cuenta que como cualquier enzima, la AP es susceptible a cambios de pH, temperatura, humedad y es sensible a radiaciones UV, por lo que el empleo de otros ensayos es recomendable para descartar falsos negativos por alteración de las condiciones favorables de la actividad enzimática. 

martes, 12 de febrero de 2013

El Nacimiento de la Balística Forense

Tomado de: El Rincón de Las Ciencias Forenses: http://www.facebook.com/lasCienciasForenses



Cuando hoy en día surge una investigación relacionada con la utilización de armas de fuego todos sabemos, más o menos, que no hay dos armas que dejen idénticas marcas en la munición empleada. Y que, mediante el estudio de las lesiones dejadas en el proyectil cuando éste se desliza por el ánima del cañón, o las producidas en la vaina, por la rampa de alimentación, las paredes de la recámara, la culata de cierre, la aguja percutora, el extractor y el expulsor, se puede llegar a deducir el arma que realizó el disparo.

Esto que a nosotros nos parece algo obvio, fue para nuestros antecesores un largo camino a recorrer hasta dar con los procedimientos técnicos que permitieran afirmar con rigor científico qué arma fue la empleada para realizar los disparos.
El primer intento con éxito del que se tiene constancia, al descubrirse al autor de un crimen realizado con un arma de fuego, data de los comienzos del siglo XIX.

En el año 1835, y en la ciudad de Londres no había cuerpo de policía, tan solo un pequeño grupo de "ayudantes" reclutados por Hemry Fielding -juez de paz de Wesminster-, a los que se les conocía como los Bow Street Runners, y que se dedicaban a investigar los crímenes utilizando métodos poco ortodoxos, e incluso alguna vez que otra no muy legales.

Henry Goddard, uno de estos "peculiares investigadores", al observar una bala extraída del cuerpo de una víctima de un asesinato, se percató de la existencia de una llamativa protuberancia o abultamiento en la misma.

Dado que por aquélla época las armas de fuego eran de avancarga y los tiradores habitualmente hacían mediante un molde o turquesa sus propios proyectiles, nuestro avezado investigador pensó que si encontraba el molde encontraría al asesino.

Con ésta idea, Goddard se lanzó a registrar las casas de los sospechosos, y cuando procedía al registro de la vivienda de uno de ellos, al examinar el molde con el que fabricaba las balas de plomo el morador de la misma, nuestro avezado investigador pudo observar que en el interior de la turquesa había una pequeña hendidura.

Procedió a fabricar un proyectil y al compararlo con el que se extrajo del cuerpo de la víctima pudo ver que los abultamientos de ambas eran idénticos.

En este primer caso, podemos decir que el rigor científico brilló por su ausencia, sólo la suerte y la intuición se aliaron para llegar al acierto policial que convertiría a Goddard -sin que tuviera consciencia de ello- en el precursor de lo que llegaría a ser un nuevo método para la investigación de los crímenes cometidos con armas de fuego.

Dejaremos pasar el tiempo y algunos casos resueltos con mayor o menor rigor científico, hasta situarnos en la Alemania de 1898.
Un médico forense berlinés, el Dr. Paul Jeserich, asistía en calidad de experto al tribunal de la ciudad alemana de Neuruppin en un caso de asesinato.

Durante el proceso le mostraron a Jeserich un proyectil extraído del cuerpo de la víctima, y el revolver propiedad del acusado. Nuestro doctor era partidario de la teoría que afirmaba que el proyectil al recorrer el ánima del cañón y rozar con las estrías de éste a gran presión, sufría una serie de lesiones y por lo tanto si se realizaba otro disparo con el arma del criminal, el deslizamiento por el ánima del cañón produciría unas lesiones en la bala iguales a las que tenía la extraída del cuerpo de la víctima, siempre y cuando el arma empleada fuera la misma.
Con esta idea realizó un disparo de prueba, fotografió las dos balas, amplió las fotos y sorpresa, se dio cuenta de que las lesiones dejadas por las estrías y los campos del ánima del cañón en la "bala testigo", eran idénticas a las que tenía la "bala dubitada".

Comienza el siglo XX, y poco a poco otros investigadores fueron creando nuevos métodos de investigación, que irían dando a conocer en sus asesoramientos a los tribunales de justicia. Uno de ellos, Richard Kockel, siendo director del instituto forense de la ciudad de Leipzig, efectuó las primeras pruebas del "desarrollo" del cuerpo de la bala realizando negativos de la misma en láminas de cera y óxido de cinc.

El profesor Balthazard a quien llamó la atención que en el culote de la vaina existieran una serie de marcas y que éstas eran producidas al incidir sobre él la aguja percutora en el momento del disparo. Y eso no era todo. La culata del cierre de la recámara también producía una serie de lesiones en el culote del cartucho, e incluso el extractor y el expulsor dejaban marcas características en la vaina. Balthazard había descubierto un camino muy importante, pero a causa del comienzo de la I Guerra Mundial estas investigaciones fueron abandonadas.
Va pasando el tiempo y llegamos al año 1917. Entra en escena uno de los grandes pioneros de la balística forense: Charles E. Wite. Su historia se mezcla con la balística, cuando como funcionario del ministerio público del estado de N.Y., asistió como ayudante al Presidente de la Comisión de Investigación nombrada por el Gobernador del Estado, encargada de revisar la no muy fiable sentencia dictada por un tribunal del condado de Orleans en el proceso que investigó y juzgó el caso del doble asesinato cometido en la noche del 21 de marzo de 1.915 en una granja del pequeño pueblo de West-Shelby, en donde su propietario Charles B. Phelps y su ama de llaves Margarett Walcott fueron asesinados a tiros con un arma del calibre 22.
Dos trabajadores de la granja Charles E. Stillow y su cuñado Neldon Green, fueron acusados y condenados en un proceso que estuvo repleto de irregularidades.

Del cuerpo de Charles B. Phelps se extrajeron tres balas del calibre 22, y a Stillow, se le requisó un revolver del mismo calibre. El fiscal del caso contrató a Albert Hamilton, uno de los abundantes y poco fiables "expertos" en balística que pululaban en aquélla época alrededor de los tribunales de justicia de los EE.UU ofreciendo sus servicios para asesorar como "técnicos en balística", y que en la mayoría de los casos siempre se inclinaban a dar la razón a la parte que los contrataba.

Hamilton, tras inspeccionar el revolver de Stillow y observar mediante un microscopio los tres proyectiles extraídos del cadáver, realizó un dictamen demoledor para los acusados. Dijo que junto a la boca del cañón del revolver había una muesca, y ésta misma muesca aparecía marcada en las balas, lo que le sirvió para decir que: "las balas asesinas sólo pudieron ser disparadas por el revolver del acusado".

Gracias a este dictamen tan demoledor como falso, los acusados fueron condenados a la silla eléctrica.

Al proceder a la revisión del caso, la Comisión que había nombrado el gobernador Whitmann, no fiándose del dictamen de Hamilton, mandó efectuar varios disparos de prueba para obtener balas testigo, que posteriormente fueron mandadas junto con las dubitadas, a la compañía óptica Bausch & Lomb, con el encargo de buscar las muescas que Hamilton dijo haber encontrado.

Mediante un estudio con los aparatos ópticos más precisos de que se disponía intentaron localizar las muescas, no siendo capaces de dar con ellas ni en las balas extraídas del cadáver ni en las que se obtuvieron en los disparos realizados de prueba.
Sin embargo, se efectuó un importante descubrimiento. Tanto las balas del crimen, como las de prueba tenían cinco estrías, pero con una gran diferencia: las estrías del arma de Stillow eran normales y regulares, y así se podía apreciar en las balas obtenidas al efectuar los disparos de prueba, pero en las balas dubitadas había quedado marcado un campo intermedio de una anchura anormal. El arma utilizada para cometer el crimen tenía un defecto de fabricación que no tenía el arma propiedad de Stillow.

Stillow fue declarado inocente, pero había pasado tres años en presión estando a punto de morir en la silla eléctrica a causa de un falso informe de un no menos falso especialista en balística.
Charle E. Waite, quedó muy impresionado a causa de lo ocurrido, y se prometió a sí mismo que intentaría dar con un sistema fiable y capaz de identificar el arma utilizada en un crimen mediante el estudio del cartucho empleado.

Con esta idea en mente se lanzó a visitar las fábricas de armas más importantes de los EE.UU y a continuación las europeas, solicitando los datos exactos de las características de las armas que fabricaban. A finales de 1923, después de cuatro años de viajes e intenso trabajo realizó un gran descubrimiento: ¡No había ni un solo modelo que fuera exactamente igual a otro! Había diferencias en los calibres, en el número y orientación de las estrías, de manera que estas podían estar orientadas a izquierda o a derecha, y sus ángulos de torsión podían ser distintos.

Waite con todos estos datos de fabricación realizó una especie de altas o catálogo técnico de la mayoría de las armas existentes en aquella época, recogiendo los "caracteres de clase" que definen a todas las armas que son de un mismo tipo, marca y modelo, pudiendo llegar a determinar mediante la observación y posterior consulta de las lesiones producidas por estampación en la vaina, o por deslizamiento en la bala, qué modelo de arma había sido empleado en un crimen, llegando a diferenciar si el cartucho empleado procedía de un revolver Colt Army Mod. 1873 ó de un Smith Wesson Ejército Nº3.

Pero estos resultados aparentemente satisfactorios sólo solucionaban una parte del problema, puesto que no era factible diferenciar un Colt Army Mod. 1873 de otro Colt Army Mod. 1873.
Hacía falta encontrar unos "caracteres individualizantes"(4) que permitieran distinguir dos armas del mismo tipo, marca y modelo.
La solución a este nuevo problema la encontró observando el proceso de fabricación del cañón de una pistola.

El cañón es fabricado y pulido en un bloque cilíndrico de acero, al que mediante una cortadora automática de acero se procede a labrar en él las estrías. Aunque en este proceso se utilizan máquinas de gran calidad y precisión, durante el mismo hay que interrumpir frecuentemente el trabajo para afilar las cuchillas de las máquinas.

Si se observa al microscopio el filo de la cuchilla de una cortadora se verá que este no es recto, sino dentado. Por lo tanto, el orden y la medida del dentado es forzosamente distinto en cada filo produciéndose cada vez que estos son afilados cambios en los mismos que luego podrán ser observados en cada una de las estrías.

Si a todo esto se le suma la acción abrasiva, causada por las virutas de acero que se producen en el proceso y que la cortadora empuja a lo largo del interior del cañón durante la fabricación del mismo, nos dará como resultado en cada arma unas características que no se repetirán jamás.

Si tenemos en cuenta que la bala al pasar por el ánima del cañón sufre dos tipos de lesiones: las primeras causadas por las estrías del ánima, que en la bala se convertirán en campos, y las segundas causadas por los campos del ánima, que darán como resultado las estrías en la bala, podemos llegar a decir que la bala, después de recorrer el ánima del cañón, se convierte en el negativo de éste.

Aquí estaba la solución, ahora sólo era preciso encontrar éstas mismas diferencias en las balas. Y esto sólo era posible con un buen microscopio.

Waite explicó su idea al óptico Max Poser y le pidió que le fabricara un microscopio para poder verificarla. El óptico le fabricó un microscopio dotado con un soporte que mantenía sujeta la bala, y con una escala de medición que permitía medir las lesiones mas insignificantes que existieran en la misma.

Waite avanzaba poco a poco, pero por el camino correcto, cuando entusiasmados por el desarrollo de las investigaciones, se le unieron el físico John H. Fisher y el químico y gran especialista en microfotografía Philipp O. Gravelle. Gracias a esta unión nació en Nueva York el primer instituto de balística forense del mundo Bureau of Forensic Ballistics. El gran salto se había dado.

Fisher aportó a la investigación dos grandes inventos, con el primero de ellos desarrollado basándose en la idea del Citoscopio médico, construyó un aparato que servía para ver con todo detalle el interior del cañón de un arma de fuego.

Microscopio de Comparación del Laboratorio de Criminalística de la  Guardia Nacional Bolivariana de Veneuela

domingo, 10 de febrero de 2013

¿Qué son las Ciencias Forenses)


La palabra forense viene del adjetivo latino forensis, que significa "perteneciente o relativo al foro". En la Antigua Roma, una imputación por crimen suponía presentar el caso ante un grupo de personas "notables" en el foro. Tanto la persona que se la acusaba por haber cometido el crimen como el denunciante tenían que explicar su versión de los hechos. La argumentación, las pruebas y el comportamiento de cada persona determinaba el veredicto del caso.

La criminalística es una ciencia que usa un conjunto de técnicas y procedimientos de investigación cuyo objetivo es el descubrimiento, explicación y prueba de los delitos, así como la verificación de sus autores y víctimas. La criminalística se vale de los conocimientos científicos para reconstruir los hechos. El conjunto de ciencias auxiliares que la componen se denominan ciencias forenses, entre ellas; la Odontología, Medicina, Biología, Antropología, Química, Física, etc.

Las Ciencias Forenses son el conjunto de ciencias auxiliares de la criminalística empleadas para determinar las circunstancias en las que ha ocurrido un hecho punible. Todo Científico puede ser juramentado por un tribunal (si no esta adscrito a ningún órgano de investigación penal),  o puede ser designado por el Ministerio Público para practicar una experticia (en caso de estar adscrito).

sábado, 9 de febrero de 2013

¿Si NO eres "A" o "B", eres del grupo sanguíneo "O"?

Escrito por: Bióloga Catherine Carma Arreaza

En 1952 se observó una situación poco frecuente, que proporcionó información acerca de la sustancia H (sustancia ligada a todos los grupos sanguíneos). Una mujer de Bombay presentó una historia genética única que no estaba de acuerdo con su grupo sanguíneo. Al necesitar una transfusión de sangre, se encontró que carecía de los antígenos A y B, y por ello se tipifico como “O”. Sin embargo, uno de sus padres era del tipo AB y ella era la madre de dos hijos del grupo B y su esposo era grupo sanguíneo A. Por ello se dedujo que ella era genéticamente del grupo sanguíneo B, pero funcionalmente del tipo O.

Posteriormente se demostró que esa mujer era homocigota para una mutación recesiva rara en un gen denominado FUTI (que codifica una enzima denominada fucosil transferasa), que impidió que ella sintetizara la sustancia H completa. En ausencia de la fucosa, las enzimas especificadas por los alelos IA e IB son, aparentemente, incapaces de reconocer a la sustancia H como sustrato apropiado. Así, no se puede añadir los azucares propios que conforman cada grupo sanguíneo. Por ello, los fenotipos del sistema ABO no pueden expresarse en individuos homocigotos para la mutación del gen FUTI, pero son funcionalmente del tipo O. Para distinguirlos del resto de la población, se dice que presentan el fenotipo Bombay. La frecuencia del mutante FUTI es bajísima, sin embargo, para la determinación de los grupos sanguíneos debe tomarse en cuenta esta extraña situación.

El fenotipo Bombay es el nombre que recibe un tipo de sangre poco frecuente caracterizado por no presentar ninguno de los antígenos de membrana A, B o H en los eritrocitos. Esto se debe a que este individuo es homocigoto recesivo para el gen H, por lo que no puede transformar la molécula precursora en la molécula H, que es necesaria luego para ser transformada en antígeno A o B. Es necesario no confundir a esta persona Bombay con una persona de grupo sanguíneo O, ya que esta ultima a pesar de que no tenga los antígenos A o B, presentara el antígeno H (molécula H) en la membrana se sus eritrocitos, lo cual no ocurre con un Bombay. El sistema inmune del fenotipo Bombay rechaza las transfusiones de sangre de O, A, B y AB ya que posee anticuerpos anti-A, anti-B y además anti-H, por lo que en caso de transfusión sanguínea, el receptor "Bombay" produciría aglutinación sanguínea. Es decir, sólo podría recibir sangre de otro fenotipo Bombay.


FENOTIPOS DÉBILES DEL ANTÍGENO A y B (SISTEMA ABO DE GRUPOS SANGUÍNEOS):

La mayoría de los grupos sanguíneos ABO que se determinan en el banco de sangre cumplen con las leyes establecidas de antígenos y anticuerpos recíprocos para ese sistema, pero hay una población que presenta discrepancias que deben ser resueltas para definir el grupo exacto. Estas diferencias se pueden presentar por detectarse grupos débiles de A: A3, Am, Ax, Ael, Aend y de B: B3, Bx y Bm que se resuelven generalmente con técnicas de adsorción-elusión e investigación de sustancias A, B y H en la saliva de secretores que presentan estas incongruencias. Otro tipo de discrepancias se presentan en personas con anticuerpos naturales irregulares como anti-A1, anti-H, -M, -N, -P1, Lea, Leb; anticuerpos inmunes que se detectan en medio salino como producto de una reacción primaria o en pacientes con anemia hemolítica autoinmune y en sujetos con complejos inmunes relacionados a SIDA o con proteínas anormales como en el mieloma múltiple.


Los subgrupos son fenotipos ABO que difieren en la cantidad de antígeno presente en los eritrocitos y en la saliva de los secretores. Se hallan con mayor frecuencia y tienen más relevancia clínica los de A, que los de B. Al utilizar lectinas se definen los subgrupos: A1 y A2: con el extracto de Dolichos biflorus se aglutinan los eritrocitos A1, pero no los de A2; y el anti-H, proveniente de la semilla Ulex europeus, aglutina los eritrocitos que tienen antígeno H. Los eritrocitos de recién nacidos que son genéticamente A1 reaccionan de forma relativamente débil con el anti-A1 humano. Los eritrocitos fetales A2 se comportan como los Ax adultos porque las transferasas actúan de manera lenta en los RN. Cuando se comparan las reacciones de los eritrocitos de los niños y adultos de grupo A con sueros anti-A, sólo se encuentran pequeñas diferencias en cuanto la aglutinación de los eritrocitos suspendidos en medio salino, pero las diferencias son más evidentes en la prueba de antiglobulina indirecta (anti-IgG) y las pruebas de LISS (Low Ionic Strength Solution).


Debilitamiento de antígenos A, B y H

El debilitamiento de la expresión de antígenos AB puede observarse en las personas de edad avanzada (aparentan ser grupo O); los anticuerpos antiAB también pueden sufrir cambios en estos sujetos. En pacientes que estén recibiendo quimioterapia inmunodepresora la concentración de anticuerpos disminuye significativamente. En ocasiones la sangre parece contener una mezcla de células de los grupos A y O o de A1 y A débil; en otros casos, los eritrocitos reaccionan débilmente con el anti-A y se comportan de manera parecida al A3 o al Am. 

Aglutinación de campo mixto Término que trata de describir la presencia de eritrocitos aglutinados y no aglutinados en suspensiones tratadas con una aglutinina. Esto indica que existen dos poblaciones fenotípicamente distintas, como sucede en pacientes transfundidos, en mujeres que contienen en circulación eritrocitos fetales, o cuando alguno de los eritrocitos de un sujeto ha sufrido transformación T o Tn. Puede verse una morfología similar en mezclas de suspensiones eritrocitarias de un único fenotipo, cuando los eritrocitos tienen pocos lugares antigénicos (por ejemplo, variantes débiles de A), o cuando la aglutinina es de título bajo.


Forma Tradicional de Determinar los Grupos Sanguíneos:


El método estándar para determinar el grupo ABO de una muestra, es examinar los hematíes frente a un suero anti-A, anti-B, anti-AB y el suero frente a hematíes del grupo A1, A2 y BEn la práctica, se incluye el estudio de los hematíes frente a suero del grupo O, con el fin de detectar aquellas muestras raras del grupo A que no son aglutinadas por un anti-A procedente de un donante del grupo B y para detectar anticuerpos irregulares que estén causando discrepancia entre el grupo directo y el inverso.

Discrepancias entre pruebas con eritrocitos y suero:

Los resultados de las pruebas con eritrocitos y con suero pueden ser discrepantes debido a  problemas intrínsecos de los eritrocitos o del suero, debido a problemas relacionados con la prueba, o a errores técnicos, ya sea que se han obtenido resultados negativos cuando se esperaban positivos o viceversa.


Falsos grupos "O"
Pueden tener lugar debido a la omisión de:

1. Agregar reactivo o suero de prueba a un tubo.
2. Identificar la hemólisis como una reacción positiva.
3. Uso de una relación apropiada entre suero (reactivo) y eritrocitos.
4. Centrifugar suficientemente las pruebas.
5. No utilizar el suero anti-H
6. Incubar las pruebas a temperaturas de 20-24 °C o menores.
7. Interpretar o registrar correctamente los resultados de las pruebas.

Falsas aglutinaciones:
Los resultados pueden ocurrir por:

1. Sobre centrifugación de los tubos.
2. Uso de reactivos, eritrocitos o solución salina contaminados.
3. Uso de material de vidrio sucio.
4. Autoaglutinación de los eritrocitos del paciente y realización sólo del grupo directo sin autotestigo (controles positivos y negativos).
5. Interpretación o registros incorrectos de los resultados de las pruebas.

Métodos Modernos para la Determinación de Grupos Sanguíneos:


Kit para determinar si una persona es secretora empleando su saliva: 

Antes de determinar los grupos sanguíneos en otros fluidos del cuerpo distintos a la sangre el analista de laboratorio debe conocer el carácter secretor del individuo, de ser así se puede practicar el ensayo sin pormenores.

Un secretor se define como una persona que segrega los antígenos de los grupos sanguíneos en sus fluidos y secreciones corporales, como la saliva, boca, el moco, el tracto digestivo y respiratorio, las cavidades, etc.

El estado secretor altera drásticamente los carbohidratos presentes en los fluidos y secreciones corporales, además de varios aspectos importantes del metabolismo y la resistencia. Estos factores incluyen la actividad de una enzima llamada fosfatasa alcalina intestinal, la composición general de las bacterias en el ecosistema intestinal, su propensión a la coagulación de la sangre, su nivel de tolerancia a los carbohidratos, y su resistencia a ciertos parásitos y hongos. Conocer su estado secretor puede ayudarle a utilizar suplementos nutricionales más eficaces y conocer la defunción metabólica a la que puede ser propenso a causa de su genética secretora. Anteriormente, el estado secretor sólo podía ser determinada por los laboratorios seleccionados utilizando sofisticadas técnicas forenses. 


North American Pharmacal NAP ) ha colocado esta importante prueba a disposición del público en general utilizando una muestra de saliva sencilla para realizar la determinación. Usted necesita saber su grupo sanguíneo ABO antes de hacer la prueba secretor saliva .



Los inmunoensayos por cromatografía de membrana:

La inmunocromatografía de membrana es una técnica muy sencilla, consiste en un anticuerpo unido a un cromóforo anclado a una membrana de filtro porosa, donde se hace correr por capilaridad una muestra de sangre diluida en un buffer que al pasar por el frente del anticuerpo reacciona con los antígenos de superficie de los eritrocitos detectando el grupo sanguíneo al cual corresponde la muestra, ver imágenes:



Antes de reportar "alegremente" un falso grupo sanguíneo "ABO", es importante considerar todas las situaciones extrañas que se pueden presentar y que pueden alterar los resultados en la determinación de los grupos sanguíneos, desde que la muestra ha sido mal analizada, la edad del donante de la muestra, la presencia de alguna enfermedad, anomalía genética  embarazo o una transfusión sanguínea son las posibles causas de un reporte errado de los grupos sanguíneos.

Luz Azul o Lampara de Bretton para la detección de manchas de semen:



Fotografía tomada por la Licenciada Catherine Carma

La lámpara Bretton se basa en la detección de manchas por fluorescencia en la región del espectro visible del "Azul - Ultra Violeta". La radiación se utiliza para excitar los componentes fluorescentes de la muestra de semen y producir fluorescencia. En este caso, la fluorescencia inducida es visible al ojo desnudo, sin embargo, el material de base, puede o no, producir su propia fluorescencia, que puede enmascarar la fluorescencia del semen, por lo que el observador debe usar gafas especiales (filtro naranja) para eliminar la luz brillante y sólo dejar pasar la luz fluorescente relativamente débil.


Fotografía tomada por la Licenciada Catherine Carma

miércoles, 6 de febrero de 2013

¿Qué son las Evidencias Biológicas?

Las Evidencias Biológicas son elementos de Interés criminalístico derivados de un ser vivo, que permiten demostrar un hecho o circunstancia relacionado con el delito objeto de investigación.


Primer Caso Resuelto a Nivel Mundial utilizando la Huella de ADN:


La patria de Sherlock Holmes se convirtió en 1987, en el primer lugar en el MUNDO donde se resolvió un caso policial mediante análisis de ADN. Ese año en Leicestershire (Reino Unido), tras la violación y asesinato de una joven, la policía descubrió que el perfil genético que revelaba el semen del violador no sólo era el mismo de un caso similar registrado tres años antes, sino que no coincidía con el único acusado, quien se había confesado culpable.

Luego del análisis de ADN de unos 4.000 habitantes de la zona, los investigadores dieron con un vecino llamado Colin Pitchkord, que había eludido la investigación presentado una muestra de sangre ajena y que resultó ser el responsable. En su estreno judicial, la prueba permitió atrapar al culpable y absolver a un inocente.

domingo, 3 de febrero de 2013

Grupo de Investigadores Forenses



Primer Grupo Multidisciplinario del País que realiza Investigación Científica en el Campo Forense, con la finalidad de actualizarnos y aplicar o desarrollar nuevas técnicas de laboratorio al servicio de la Investigación Penal.