La historia de los retratos hablados comenzó a dibujarse en 1880 cuando el criminólogo francés Alphonse Bertillon creó un sistema para identificar a los criminales a través de fotografías de perfil y de frente. Estas imágenes las cortaban en partes para distinguir la nariz, la barbilla, y otras partes del rostro, con el fin de que los policías pudieran reconocer a los sospechosos en las calles y capturarlos.
La técnica tuvo algunos detractores que ponían en duda la efectividad de la precisión de los retratos, crítica que aún se hace. Sin embargo, el método siguió evolucionando y en 1945, el detective de Los Ángeles, California, Hugh C. McDonald creó el Identikit.
El detective ideó un sistema compuesto por 400 tipos de ojos, narices, orejas, labios, barbillas, cejas y otras características del rostro. Esto lo logró a través de 50.000 fotografías de rostros que cortó en 12 secciones.
Las partes de la cara las sobreponían en tipos de rostros dibujados en hojas de plástico transparente y las intercambiaba hasta dar con la cara de la persona sospechosa.
En 1959 la policía de los Los Angeles capturó al primer delincuente gracias al uso de un retrato hablado. Un hombre robó una licorería en esa ciudad y su víctima describió con detalles su rostro a las autoridades, esto permitió que el dibujo tan fiel fuese distribuido públicamente. Días después lo aprehendieron y confesó su crimen.
La distribución de retratos hablados ha permitido la captura de personas culpables de crímenes atroces, como sucedió con Timothy McVeigh. El joven fue arrestado días después de la explosión de un edificio federal en Oklahoma en el que murieron 168 personas en 1995. Fue declarado culpable y condenado a muerte, y en 2001 fue ejecutado.
Hoy en día se usan técnicas más avanzadas con la ayuda de softwares, con los que se pueden estudiar esta rama de la criminología. Por ejemplo, el website indentikit.net ofrece cursos online y certificaciones que les permite a los policías, investigadores o criminólogos aprender a usar esta herramienta con la facilidad de descargar el sistema en sus computadoras.
Se critica la efectividad de los retratos hablados, se cree que apenas son exactos en menos del 10% de los casos, no por la habilidad del dibujante o del software, sino porque en muchos casos las víctimas o los testigos tienen dificultad para recordar los detalles con claridad.
A pesar de esto, los retratos hablados son usados regularmente como una referencia para alertar a la comunidad de sospechosos de crímenes y poder aprehenderlos lo antes posible.
BIBLIOGRAFIA:
Revista Selecciones México