domingo, 12 de octubre de 2014

Sistema para identificar criminales y víctimas a partir de tatuajes


Un nuevo dispositivo biométrico desarrollado en la Universidad Estatal de Michigan utiliza cicatrices y tatuajes para identificar sospechosos y víctimas de una manera mucho más rápida y efectiva, técnica que podría ser de gran utilidad en investigación legal y policial y para los organismos forenses.

Las cicatrices, los tatuajes y en general las marcas en el cuerpo pueden servir para identificar sospechosos durante una investigación policial y, al mismo tiempo, pueden cumplir una importante función en el esclarecimiento de un crimen, al permitir la identificación de las víctimas. Tattoo-ID es un sistema biométrico automatizado que posibilita estas identificaciones, y que fue desarrollado por ingenieros e investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, en los Estados Unidos.

La aplicación facilita tanto la comparación de las diferentes imágenes o marcas como así también la recuperación de las mismas a partir de una base de datos, lo que a su vez permite incrementar en gran medida la capacidad de investigación de los organismos encargados de aplicar la ley y de aquellas instituciones dedicadas al ámbito forense.

Aunque ya se han desarrollado una amplia variedad de sistemas biométricos para el reconocimiento automático de personas sobre la base de rasgos concretos de su anatomía, como huellas dactilares, características del rostro y el iris, como así también centrándose en el comportamiento (firmas, formas de caminar, etc.), aún existen determinadas situaciones en las que el reconocimiento se torna más complejo.

En esos casos, y a pesar de los enormes avances tecnológicos, los rasgos biométricos no están disponibles o son difíciles de captar, o incluso la calidad de las imágenes que se pueden obtener es muy pobre. En consecuencia, se emplean rasgos biométricos como altura, sexo, color de ojos, etnia, cicatrices, marcas o tatuajes para reducir el número de posibilidades de elección entre un grupo de personas.

Quizás muchas de estas alternativas no sirvan para identificar en forma directa o inmediata a la persona buscada, pero posibilitan un proceso de eliminación de alternativas hasta llegar al dato certero. Es así que los organismos legales, de seguridad y forenses recopilan y mantienen este tipo de información en sus bases de datos.

Dentro de ese universo de rasgos biométricos, las cicatrices, marcas en el cuerpo y tatuajes han sido especialmente importantes a nivel legal y forense. Los tatuajes suelen contener algunas pistas importantes en cuanto a los antecedentes del sospechoso, como su pandilla de origen, sus creencias religiosas, condenas anteriores y otros puntos de importancia en el reconocimiento. Los tatuajes también pueden ser muy útiles para determinar la identidad de una persona fallecida.

Sin embargo, la tecnología empleada hasta hoy para almacenar y comparar las imágenes de los tatuajes tenía diferentes limitaciones, como por ejemplo inconvenientes semánticos en las búsquedas, procesos de investigación muy lentos y características subjetivas muy presentes a la hora de la carga de los datos de identificación.

En cambio, el nuevo dispositivo biométrico Tattoo-ID permite la recuperación y análisis de las imágenes de una forma más efectiva y rápida. Al mismo tiempo, emplea características más objetivas, como color, forma y textura, para clasificar las imágenes, en vez de palabras claves o etiquetas, como sucede con las tecnologías actuales. De esta manera, se disminuye la tasa de error en las apreciaciones.

Sobre una consulta específica, Tattoo-ID recupera de la base de datos de imágenes todas aquellas que visualmente se asemejen a lo solicitado, presentándolas al usuario en orden de similitud o parecido. Asimismo, los comentarios o preferencias de los usuarios a la hora de recuperar las imágenes podrán emplearse para mejorar la efectividad de las búsquedas y las características utilizadas.

Los indicadores logrados con las primeras experiencias son más que positivos, y evidencian un futuro sin límites para Tattoo-ID. Por ejemplo, de 1.000 consultas realizadas 835 fueron efectivas en la primera imagen, mientras que 912 fueron contestadas correctamente en las primeras 20 imágenes presentadas, sobre una base de datos conformada por 64.000 elementos.

Para graficar aún más la potencialidad de este programa informático, es posible indicar que ante la descomposición de un cuerpo en un crimen, lo que dificulta otro tipo de identificaciones, Tattoo-ID podría reconocer inmediatamente cualquier marca, tatuaje o cicatriz, debido a que los pigmentos de los tatuajes se encuentran profundamente incrustados en la piel, y no se destruyen aunque el cuerpo sufra severas quemaduras.

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